En una gran variedad de lenguas de signos existe una carencia terminológica cada vez más patente, ya sea porque las personas sordas no tienen el mismo acceso a la información de determinados campos de especialización que las oyentes o porque no existe una institución normalizadora o reguladora del léxico —como puede ser el TERMCAT para la lengua catalana. A diferencia de los intérpretes de lenguas orales, los ILS tienen esta dificultad terminológica añadida, con lo cual se requieren otro tipo de estrategias y técnicas de interpretación. En esta entrada se reflexionará sobre la dificultad de interpretación del léxico de las lenguas de signos y se presentarán técnicas de creación de neologismos que pueden utilizar los intérpretes.
Para empezar, en una interpretación, principalmente de ámbito especializado, la preparación de la terminología sobre el tema a tratar en los discursos es de vital importancia. A grandes rasgos, la terminología se puede definir como todo aquel vocabulario especializado de un ámbito en concreto o como una unidad de significado especializado (Cabré y Estopà, 2005). Esta dificultad de interpretación, como con cualquier otra lengua oral, se puede resolver con previa preparación y, en caso de no conocer algún término en el momento de la interpretación, en LS se pueden crear neologismos —idea desarrollada más adelante— o utilizar clasificadores; por ejemplo, “pulmones + clasificador descriptivo” para “alvéolos”.
En relación con la selección del léxico, la naturaleza gestovisual de la LS implica que exista una importante rigidez semántica a causa de la iconicidad y los referentes visuales. En otras palabras, el vocabulario en LS es mucho más específico y, por tanto, en la mayoría de casos no se puede, por ejemplo, aplicar el uso de hiperónimos como técnica de interpretación. Generalmente se puede utilizar la sinonimia o la paráfrasis, pero dependiendo del sinónimo o de la paráfrasis se pueden perder matices del discurso original. Para ejemplificarlo, en LSC el genérico de “adicción” es un signo que hace referencia a una jeringuilla como “drogadicción”, pero si se habla de la “adicción” en el caso de los videojuegos, el signo cambia a más específico y es parecido al signo “ganas”.
Teniendo en cuenta la terminología y la especifidad de la LS, cabe presentar el concepto de “vacíos léxicos” o “vacíos denominativos”. Un vacío léxico o denominativo se puede definir como algún concepto o realidad que no tiene equivalente en una lengua en concreto y, en el caso de las lenguas de signos, durante la misma interpretación se pueden —o se deben— crear signos nuevos. Para ello, y para que los interlocutores puedan seguir el discurso interpretado, hay que tener conocimiento de lo que se va a interpretar y del proceso de creación de neología en LS —así como ser coherente durante toda la interpretación del signo creado—.
Respecto a la creación de neologismos en LS existe un abanico de técnicas que el intérprete puede hacer servir. En primer lugar, se pueden crear signos nuevos mediante la inicialización —o iniciación—, que consiste en utilizar con la dactilología la primera letra del término o palabra de la lengua oral y signarla con una configuración o con un movimiento relacionado con un signo que pueda funcionar como hiperónimo; como podría ser “liquen”, en el cual se utiliza la letra “L” y el signo “seta”. En segundo lugar, existe la composición y la paráfrasis, cuya diferencia radica en la cantidad de signos simples que se utilizan, la primera consiste en signar dos o tres signos simples para llegar a un nuevo significado y la segunda, cuatro o más signos simples; por ejemplo “juicio + anular” para “sobreseimiento” en el caso de la composición y “(educar) + afecto + sexo” para “(educación) afectivo-sexual” en el caso de las paráfrasis. En tercer lugar, como ya se ha mencionado anteriormente, se pueden utilizar los clasificadores semánticos, descriptivos y de manipulación o instrumentales teniendo en cuenta el signo que se vaya a crear, el más frecuente, sin embargo, es el descriptivo. En cuarto lugar, se puede emplear la sintagmación, que sirve para denominar con múltiples signos un término o palabra de la lengua oral formado por dos o más palabras. En la sintagmación el término en lengua oral tiene como mínimo dos palabras, mientras que, en la paráfrasis, únicamente una —entendiendo palabra como entidades separadas por espacios. En quinto y último lugar, se utilizan los signos existentes con un significado semántico idéntico en LS, aunque en lengua oral no se traten de sinónimos; por ejemplo “pedir” para “solicitar”.

Es interesante añadir que algunos autores, como Gras (2002), presentan como neología el uso del dactilológico. Se podría decir que se trataría del equivalente de préstamo no adaptado en las lenguas orales. En este caso, como las lenguas con las que se trabaja —a partir del contacto de las cuales nacen los neologismos— son de modalidades distintas todavía se visualiza más el uso de léxico de otra lengua.
Al largo del artículo se ha expuesto el reto que presenta el léxico y la neología para los ILS, no solo por el contacto de dos lenguas de modalidades distintas, sino por la gran cantidad de vacíos léxicos. Es importante recordar que todo el proceso de creación y denominación léxica se realiza mayoritariamente durante la interpretación, con lo cual dominar estas técnicas es indispensable para la profesión. Asimismo, los neologismos que se crean durante una interpretación pueden utilizarse por parte de los signantes de forma cotidiana, por el uso y necesidad denominativa, o pueden ser efímeros, que únicamente se utilicen durante la interpretación para transmitir el mensaje. Sea cual sea la técnica más utilizada por parte del intérprete o cómo utilice los neologismos lo más importante es que la información se transmita adecuadamente.
Bibliografía
Alanís, J. (2017). Creació d’un glossari antipatriarcal en llengua de signes catalana (Tesis de pregrado). Universitat Pompeu Fabra, Barcelona.
Cabré, T.; Estopà, R. (2005). Unidades de conocimiento especializado, caracterización y tipología. Coneixement, llenguatge i discurs especialitzat, 7, p. 1-40.
Gras, V. (2002). Trabajo de creación terminológica en Lengua de Signos: los Vocabularios Específicos en Lengua de Signos Catalana. Faro del Silencio, 189, p. 41-45.
Quer et al. (2005). Gramàtica bàsica LSC. Disponible en línea en http://iec.cat/lsc/.